Más lejos o más cerca que nunca - ISANEMA.BLOGSPOT

Más lejos o más cerca que nunca

Pensándolo bien, las lecciones que especialmente he aprendido en los últimos meses me recuerdan a las que aprendía a través de las historias que me contaban las películas y que veía no para no cometerlas sino para impregnarme de ellas y sentirlas desde otros ángulos (en ese momento no lo sabía). Sin pensarlo, el cine me preparó para la vida. 

¿Qué me han enseñado todos estos meses? Que el tiempo pasa rápido, no para, no avisa. Ha sido difícil, no sólo por los gajes del oficio sino por estar lejos de mi casa y estar de cierta manera lejos del cine. 

No me gusta pensar mucho en el hecho de no tener el tiempo o las disposiciones para ver películas. No me gusta pensar en eso porque le abro la puerta a una nostalgia indescriptible, porque recuerdo la devoción con la que lo hacía hace tan sólo un año o dos. Recuerdo lo que construí y me da tristeza creer que ya no lo pueda seguir construyendo, o no igual que antes. Pero hoy, luego de mucho tiempo posponiendo hacer contenido para este blog, he sacado un poco de ese tiempo a pesar de tener mil cosas encima. Lo hago para recordarme algunas cosas importantes y para hablar de varias lecciones que he aprendido en este tiempo "sin cine". 

Así como fue mi descubrimiento con el cine (empecé a descubrirlo completamente sola y sin conocer nadie más a quién le gustara o le apasionara tanto como yo), compartiré algunas lecciones que también he ido descubriendo en el camino (Algunas más cómicas que otras). 

La primera lección es que no se puede vivir completamente sin algo a lo que uno le ha dedicado demasiado tiempo y esfuerzo y que le ha dado tanto amor. La única opción sería olvidarlo pero yo esa opción no la puedo tomar, porque el cine está en todas partes y porque al parecer ya todos me conocen como una cinéfila empedernida o porque a veces me llegan a la mente fotogramas de películas que vi una vez y no pude ni podré olvidar. Además me la paso haciendo paralelismos cinematográficos con la vida real. 

La segunda lección es que cuando las cosas no salen como pensamos, no debemos preguntarnos el por qué. Yo pensaba que iba a tener muchos más ratos libres y que podría hacer más contenido para este espacio e incluso que iba a ser más productiva en términos de visión de películas y cuando me empecé a preguntar el por qué salió todo peor. 

La tercera lección (la sigo aprendiendo todavía) es que la vergüenza hace parte de la vida. Siempre me he considerado una persona un poco tímida, pero a la que le pasan muchas cosas cómicas y no tan cómicas que lo pueden avergonzar a una. Esos momentos creo que sólo se curan con el tiempo, hasta que desaparezcan de la memoria colectiva. Esta es la única lección por la que agradezco que el tiempo pase rápido. 

La cuarta lección es que buscar la perfección no conduce a nada. Nunca pensé estudiar una carrera de ciencias pero aquí estoy. Al principio, buscar la perfección en lo académico fue una salida fácil, lo difícil fue aceptar que no tengo ni debo ser perfecta o que porque me equivoque en algo significa que ya no sirvo para lo que hago. Esta lección me cuesta entenderla a veces pero creo que ya la tatué en el lóbulo frontal. 

Seguramente faltan muchas más lecciones, porque son incontables las que he aprendido y las que aprenderé, pero esas se me vinieron a la mente. Justamente mientras escribo este artículo estoy pensando en aquella película de Sion Sono titulada Red post on Escher Street que trata sobre la vida de los extras, y está tan bien narrada que se aprenden muchas lecciones sobre nuestros roles en la vida diaria porque como bien dije en mis pensamientos sobre esa película: "Todos somos protagonistas y extras, dependiendo de donde se mire". Entonces comprendo que tal vez no esté tan lejos del cine sino que estoy más cerca que nunca. 

PD: Tampoco vayan a pensar que no volveré a ver una película nunca o que no vi ni una este tiempo. De hecho estuve visualizando unas de Almodóvar y quedé alucinada (Material para otro artículo). 

Imagen de Fin de cinéma (Jean- Luc Godard, 1998)