Humberto Ballesteros: "Razones para destruir una ciudad"- ISANEMA. BLOGSPOT

Reseña- Humberto Ballesteros: "Razones para destruir una ciudad"

Por: María Isabel Mena Lobo 

" Pensó que la memoria es un reino confuso, donde la vida, los sueños y las ficciones están hechos de un mismo material. Se dijo que los personajes de los cuentos eran más reales que la muchacha asiria que le solía lavar los pies, o que los perros famélicos que parecían todos el mismo, y que lo miraban desde los umbrales cuando cruzaba las ciudades en su palanquín..."

- Ibn Al Mazir- Razones para destruir una ciudad

 

Hace 10 días, exactamente, fui por segunda vez a una biblioteca a la que no iba desde que era muy chiquita. Fue una experiencia nostálgica y a la vez triste, pero también feliz. Sentí un remolino de emociones, pero la tristeza fue ocasionada porque solo en la biblioteca se hallaba "la bibliotecaria" y dos niños en los computadores (hijos de la bibliotecaria). Me alivié diciéndome que así era mejor, porque tenía toda la biblioteca "para mí". 

Hoy termino "Razones para destruir una ciudad", el libro que presté esa vez, luego de leer "cuentos fatales" de Leopoldo Lugones. Me hallaba en una biblioteca casi vacía, leyendo la parte de atrás de los libros, lo que yo llamo "la sinopsis" a ver si me gustaba. De pronto se me apareció este y quedé sobrecogida. Confieso que no era porque me pareciera impactante, sino porque se me vino a la memoria un trastorno auto diagnosticado, el trastorno de ensoñación excesiva (que todavía padezco). Me tocó fuerte y me lo traje. Ese mismo día empecé a leerlo y recuerdo el primer capítulo: "La voz de la consciencia" e inmediatamente recordé también que una vez le dije a mi hermana en medio de una discusión: que el propósito del ser humano no era ser feliz sino tener consciencia de si mismo y de lo que lo rodea. Solo lo dije por salir del paso esa vez, pero a medida de que iba leyendo, me conmovió la  mirada introspectiva, tan peculiar al narrar la historia no desde la voz de nuestra protagonista sino desde la voz de su consciencia. 


La memoria y la imaginación son los puntos álgidos de la historia. Natalia tiene razones para construir una ciudad imaginaria, ladrillo por ladrillo, habitante por habitante e historia por historia. Sentí un gran interés cuando se nos presenta a Venecia, pero no la italiana sino la Venecia "Natálica" y aún más cuando  -su consciencia- nos dice que sus habitantes son niños, es la ciudad de la eterna juventud!!! Al instante de haber leído esto último por primera vez, rememoré la colosal obra de Henry Darger, a sus "Vivians", a su manuscrito de más de 15.000 páginas donde sus protagonistas (anteriormente nombradas) eran niñas, eternas niñas (o niños). Pero ya me estoy emocionando con el tema de Darger, más adelante le dedicaré un artículo. Siguiendo con la mirada introspectiva, la historia hace honor a su titulo, ya que nos presenta sucesos de la vida de la protagonista (contadas desde su conciencia) en su mayoría trágicos intercaladas con detalles de la "construcción de la ciudad".

Otro, de los muchos aspectos que me encantaron fueron las historias de los habitantes, maravillosas, aventureras y sobre todo perfectamente imaginadas, como la de Ibn Al- Mazir, Marco Polo II, etc. 

Cuando nos presentan a Natalia, nuestra protagonista, me sorprendió su edad, Natalia no es una niña ni mucho menos, es una mujer adulta de 46 años que imagina ciudades!

"Debe estar loca o la historia debe terminar en un psiquiátrico", pensé. Pero ninguna de las dos pasó. 

El libro es poético, pero sin ser excesivamente académico. Logra una conexión entre los personajes y un manifiesto de sentimientos. Es una obra interesante y con voz propia. 

"Pero la culpa directa de este mundo horrible, no es mía. Le pertenece a Fernando y a la gente como él, tal vez a mi hermana; a la violencia, a la historia disparatada de este país, al caos inaccesible de todas esas cosas que nos toca llamar vida aunque tantas veces no merecen ese nombre" 

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